Ciudad de Guatemala, 27 sep (dpa) – Ancianas mujeres mayas de la etnia Q’eqchí’ que sufrieron violación continuada y esclavitud sexual por militares en los años 80 concluyeron hoy de ofrecer su dramático testimonio ante un tribunal como “prueba anticipada” para que la fiscalía investigue y capture a los responsables.
Las ancianas, 15 en total de entre 56 y 70 años y cuya identidad el juez Miguel Ángel Gálvez aceptó mantener bajo reserva, narraron que su dolorosa experiencia se iniciaba cuando la tropa llegaba a sus comunidades y se llevaba a sus esposos, quienes ya nunca aparecían o eran asesinados de manera inmediata.
Los hechos ocurrieron en el contexto del conflicto armado que duró 36 años (1960-96), pero que a principios de los 80 registró su etapa más cruel, cuando el ejército desplegó políticas de tierra arrasada como parte de su estrategia contrainsurgente.
Una de ellas recordó este día, en su declaración, que el 25 de agosto de 1982 estaba en su vivienda con su esposo y sus ocho hijos. Los soldados ingresaron con violencia y “se lo llevaron”. Ese mismo día comenzó a ser violada por tres soldados.
Varias de las mujeres, procedentes de distintas comunidades en el departamento de Quiché (norte de Guatemala), fueron obligadas por los soldados a servirles en un destacamento próximo a la comunidad Sepur Zarco, a la orilla del río Polochic, donde la tropa tenía una especie de centro de entretenimiento.
Entre 1982 y 1985 fueron obligadas en ese lugar a cocinar y lavar la ropa de los militares y a tener relaciones sexuales.
El grupo de mujeres, cuyos testimonios se iniciaron el pasado lunes, cuenta con el acompañamiento de la Alianza Rompiendo el Silencio, para buscar “justicia y resarcimiento” por hechos de esclavitud y violación sexual sufridos durante el conflicto armado interno.
La mayoría de testimonios corresponde a hechos ocurridos en 1982 cuando era jefe de Estado de facto el general golpista Efraín Ríos Montt (86 años), actualmente bajo prisión domiciliaria por enfrentar dos procesos por el delito de genocidio.
Lucía Morán, directora ejecutiva de la asociación Mujeres Transformando el Mundo (MTM), integrante de la Alianza, informó que las mujeres sufrieron esclavitud y violaciones sexuales como arma genocida y femicida durante el conflicto armado interno. Agregó que este caso es un referente en la búsqueda de una sanción para los culpables de delitos catalogado como crímenes de guerra y de lesa humanidad, por la instrumentalización de la violencia de género. “Los efectos en la vida de las mujeres sobrevivientes, sus familias y comunidades han sido graves y les ha condenado a la estigmatización, marginación y pobreza”, resaltó Felipe Sarti, del Equipo de Estudios Comunitarios y Acción Psicosocial (ECAP), también integrante de la Alianza.
Advirtió que “las mujeres que decidieron romper el silencio son de edad avanzada, no saben leer ni escribir y algunas sufren de enfermedades terminales”.
El conflicto armado cesó en 1996 y dejó unas 250.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos, de acuerdo con una Comisión de la Verdad.
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