martes, 23 de octubre de 2012

Los 5 grandes mitos de la vacunación.


No obstante los claros beneficios que las inmunizaciones han ofrecido a la humanidad, existen ideas arraigadas que en ocasiones hacen que las vacunas no lleguen a quien las requiere, poniendo en riesgo la salud o la vida.


Es indudable que las inmunizaciones (vacunas) han sido uno de los avances más importantes en el campo de la saludo desde el siglo pasado.

Cada vez son más las enfermedades que pueden prevenirse de este modo y realmente se han salvado millones de vidas al contar la humanidad con programas de inmunización para muchas enfermedades antes mortales y al haber erradicado del planeta azotes como la viruela y casi definitivamente la poliomielitis.

Sin embargo, por diversas causas, existe reticencia de muchos padres de familia a vacunar a sus hijos adecuadamente.

Por ello, hemos enumerado los 5 mitos más importantes contra la vacunación y damos respuesta a ellos a continuación.


1) Algunas vacunas producen autismo en los niños.

Es quizá uno de los mitos que más ruido a causado en los últimos años.
Es falso.

El mito comenzó con una publicación hecha en 1998 por el Dr. Andrew Wakefield de la GB en el sentido de que algunos componentes de las vacunas (algunos ya en desuso como el timerozal), podían estar ligadas al inicio de trastornos de la conducta de tipo autismo.

A partir de ello, se desató un movimiento anti-vacunas por parte de miles de padres de familia en Europa y los Estados Unidos que potencialmente puso a muchos niños en riesgo por no recibir sus inmunizaciones.

El pasado mes de enero de 2011, la prestigiada revista médica British Medical Journal, publicó un editorial donde no sólo se retractaba del artículo publicado, sino que acusaba de fraude y de falsear información al Dr. Wakefield.

Puede leer esta nota haciendo click AQUÍ

Como mencionamos, seguramente la consecuencia más grave de este mito es el de haber dejado a los niños sin vacunas exponiéndoles a peligrosas enfermedades.

2) Las vacunas pueden producir enfermedades.

Es uno de los malos entendidos más frecuentes.

Esto se debe al hecho de que algunas vacunas producen reacciones en algunos pacientes como fiebre, inflamación en el sitio de la administración o reacciones exantemáticas como salpullido.

Estas reacciones se encuentran dentro de lo normal y si bien, no son necesariamente agradables para los padres (y menos para los niños), son preferibles unas horas de malestar que exponer al niño a una potencial enfermedad que pudiera ser devastadora.

3) Las vacunas, como las de la influenza, pueden causar síndrome de Guillain-Barré.

El sindrome de Guillain Barré es una enfermedad del sistema nervioso que puede producir un tipo de parálisis.

Sus causas son variadas aunque se asocia a lagunas infecciones tanto virales como bacterianas.

El síndrome de Guillain Barré ocurre de manera normal en una de cada 100,000 personas sean o no vacunadas; sin embargo, se han presentado casos que incidentemente surgen en personas que han sido vacunadas (por ejemplo contra la influenza H1N1 o la contra la influenza estacional), sin que se haya probado una clara relación de causa-efecto.

Para fines prácticos debemos tomar en cuenta que la influenza es una enfermedad que puede ser grave y siempre será mejor estar vacunado que no estarlo.

Para mayor información: puede visitar el sitio especializado del Centers for Disease Control haciendo click AQUÍ

4) Las vacunas del pediatra privado son mejores que las vacunas del gobierno.

No es así.

México es líder en el mundo en cobertura de vacunación gratuita. En muy pocos países como en México, todos los niños y todos los ancianos cuentan con la garantía de poder recibir un cuadro de inmunizaciones tan amplio y sin costo alguno.

El Gobierno Federal, quien surte a los gobiernos de los estados, se ha dado a la tarea de buscar y calificar a los proveedores más adecuados en México y el mundo y sus controles de calidad son muy estrictos.

Si usted opta por acudir con su pediatra privado para que él o ella vacunen a sus hijos, es una decisión personal de comodidad, confianza y por que es él o ella quien está dando seguimiento al crecimiento y desarrollo de su hijo.

Sin embargo, si su presupuesto se encuentra apretado, acérquese a su unidad de salud para que le sean administradas las vacunas sin costo.

5) Sólo los niños deben vacunarse.

Existe la creencia de que las vacunas del esquema básico son sólo para los niños. De hecho, se ha llegado a pensar que algunas enfermedades son solamente propias de los niños.

Esta confusión ha hecho que algunas enfermedades se propaguen a los niños, a través de adultos que no han sido vacunados o re-vacunados.

Un ejemplo interesante es el de la tos ferina. Hasta hace algún tiempo se pensaba que la tos ferina era una enfermedad controlada, ya que si se vacunaba a los niños ya nada pasaría. Sin embargo, en fechas recientes se han observado casos de bebés contagiados de tos ferina (y cuyos cuadros de inmunizaciones aún no se completan) por alguno de sus padres que a su vez la padecen por no haber recibido un refuerzo tras 10 años de completar su cuadro.

Este contagio puede prevenirse si se administra éste refuerzo de la vacuna de la tos ferina en la adolescencia o en la juventud, antes de concebir a los hijos.

Otra vacuna que no sólo es propia de los niños, es la vacuna del Streptococcus pneumoniae o “Neumococo”, que previene de manera importante la 1ª causa de meningitis en los niños.

La vacuna para el Neuomococo, se debe aplicar en los ancianos para prevenir la 1ª causa de neumonía a esta edad.

Una duda frecuente de la vacunación en adultos es si las vacunas deben o no aplicarse a las mujeres embarazadas.

Cada vacuna es distinta; y mientras algunas SE DEBEN aplicar para proteger a la madre (y a producto), otras pueden SER PELIGROSAS para el bebé.

En caso de embarazo, cada caso debe valorarse de manera individual.
Acérquese a su médico, él o ella son los expertos.

 http://blogs.strat-cons.com/?p=4214

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