lunes, 6 de agosto de 2012

Jóvenes y niños, mayoría que deja de hablar la lengua maya




Unas 23 mil personas dejaron de hablar la lengua maya en esta entidad en el último decenio, lo que de acuerdo con especialistas en indigenismo representa un dato preocupante para el futuro de ese ancestral idioma en esta zona del país.

Citando datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el investigador Freddy Poot Sosa señaló que el estado emblema de la cultura maya en el país ha perdido esa cifra de maya hablantes, principalmente en el ámbito de las nuevas generaciones.

Entrevistado por Notimex, Poot Sosa aseguró que ese decremento representa un dato bastante negativo, pues la gran mayoría de quienes dejaron de hablar la lengua maya son jóvenes menores de 21 años y niños.

“Esto no es para nada positivo, porque muestra que la lengua maya está por entrar en una fase de posible extinción, pues los jóvenes y los niños están dejando de hablar en su lengua nativa y muy probablemente sus descendientes tampoco lo hagan”, explicó.


Expuso que aunque las autoridades han emprendido programas oficiales para tratar de revertir esa tendencia negativa, el proceso, aunque lento, persiste.

“A pesar de que más de medio millón de personas somos maya-hablantes, hay un fenómeno que nos preocupa, que consiste en que los que están dejando de hablar son niños y jóvenes, lo que insisto, perfila a la maya como una lengua en peligro de extinguirse”, dijo.

Todavía peor, “no vemos acciones concretas de parte de las instituciones y los gobiernos de todos los niveles encaminadas a buscar soluciones”, alertó.

Poot Sosa añadió que hay acciones muy aisladas del tipo propagandístico para justificar recursos y también cubrir las formalidades en relación a los acuerdos internacionales que México ha firmado para salvaguardar las lenguas, pero la mayoría son actos demagógicos y no soluciones integrales.

Por si eso fuera poco, continuó, la educación indígena en el país está encaminada a que los indígenas aprendan el español, o sea, los maestros aprenden las lenguas madres para enseñarles el castellano y no se hace nada para que las lenguas maternas sean impartidas en las escuelas.

“Ninguna autoridad ha podido o ha querido que regrese la enseñanza de lenguas indígenas a las escuelas primarias, tal parece un sistema de castellanización encubierto bajo el pretexto de educar a las etnias mexicanas”, presumió.

Por esa razón, dijo que es momento de tomar acciones más sinceras y efectivas para revertir esta tendencia, si no se quiere que en 10 años los estudios revelen que son aún más las personas que han dejado de hablar el maya.

“Se hacen esfuerzos aislados que sin duda no son suficientes, y podemos por ejemplo contar con traductores que ayuden a los indígenas a enfrentar de forma más justa procesos penales, tener algunas academias que impartan la maya, pero está más que probado que nada de eso será suficiente si realmente se quieren conservar nuestra lenguas madre”, estableció.

La preocupación y alerta de Poot Sosa no es la única respecto al problema de la pérdida de la lengua maya y se suma a la opinión expresada por el coordinador de lingüística del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en Yucatán, Fidencio Briceño Chel, quien en su momento también apuntó hacia la creciente pérdida del interés de nuevas generaciones en hablar el idioma maya.

El especialista reportó este mismo año que sólo dos por ciento de los niños de cinco a nueve años de esa cultura habla su lengua, y expuso que la situación es aún más preocupante si se toma en cuenta que sólo un uno por ciento de la población maya-hablante en Yucatán puede leer y escribir en ese idioma.

Ante ello, planteó la necesidad de poner atención en los jóvenes mayas de 20 a 24 años, principal grupo por edades que practica esa lengua, y generar espacios y programas que permitan revalorar la importancia del maya, así como de su cultura y cosmovisión.

La maya, de acuerdo con el último reporte del Inegi, es la segunda lengua en México, de acuerdo con el número de personas que la hablan, pues en total suman 759 mil las personas que la hablan, de las cuales 388 mil 505 son hombres y 370 mil 495 son mujeres.

La mayor parte de la población que habla esta lengua reside en la Península de Yucatán. De cada 10 hablantes siete viven en Yucatán, dos en Quintana Roo y uno en Campeche.


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