Si eres de los que todavía están festejando lo bien que nos fue en los Juegos Olímpicos Londres 2012, detente. Que la muy justificada euforia por el oro en futbol o la plata en clavados no distorsione la realidad.
Y antes de encender los fuegos artificiales para celebrar, analiza lo que en realidad sucedió. Los números no mienten, y son evidentes. Para muestra, un botón.
México y Georgia terminaron empatados en el lugar 39 del medallero olímpico en Londres 2012. Siete preseas para cada uno. Una de oro, tres de plata y tres de bronce.
Existe, sin embargo, una enorme diferencia. México tiene 112 millones de habitantes. Georgia, la nación entera, alberga a 4.5 millones de personas. Y tiene apenas el tamaño de Monterrey o Guadalajara. Es decir, caben 25 Georgias en un México.
Peor aún, México tiene un Producto Interno Bruto de un billón 155 mil millones de dólares. El de Georgia es de 14 mil millones de dólares. Es decir, la economía mexicana es 82 veces más grande que la del ex estado de la Unión Soviética.
¿Quieres algo más dramático? Georgia conquistó sus siete preseas con una delegación de 35 atletas. México debió enviar 102 deportistas para obtener el mismo resultado.
Si México tiene 25 veces más población, 82 veces más poderío económico y envía tres veces más atletas a competir, ¿por qué no puede superar en el medallero a pequeñas naciones como Georgia?
Un análisis publicado por el periódico inglés The Guardian, que creó un medallero olímpico basado en la conquista de preseas versus población e ingreso nacional, ubica a México en el sitio 199 entre 204 países.
Considerando en este ranking solamente a las naciones hispanoamericanas, México está en el lugar 22 de un total de 23. El último lugar en efectividad medallas-población-riqueza es para Brasil. Los tres mejores son Cuba, República Dominicana y Belice.
Y lo más lamentable es que México tuvo su mejor desempeño en las olimpiadas de 1968, cuando ganó nueve medallas.
¿Qué pasó –o qué no pasó– para que 44 años después conquistemos apenas siete medallas, dos menos que en México 68?
Lo más triste es que desde hace 40 años, cada cuatro años, la historia se repite. Los resultados son pobres, se maquillan las percepciones con el manejo de los medios y se vende el fracaso entre nubes de triunfo.
¿Habrá alguna autoridad que se atreva, de una vez por todas, a reorganizar el Comité Olímpico Mexicano y la Comisión Nacional del Deporte (Conade)?
¿Existirá una forma más efectiva de administrar el presupuesto de 6 mil millones de pesos que anualmente se asigna al deporte en México? Analicemos.
Nadie promete más de 10
Aunque los directivos destacan las siete medallas conseguidas por la delegación nacional en los juegos olímpicos y celebran la segunda mayor cosecha de preseas desde 1968, la realidad es que el deporte mexicano vivió un fracaso más en Londres 2012.
Es cierto que fueron unos juegos productivos, con medallas de gran valor, como la de oro en futbol, o inesperadas, como la de Laura Sánchez en el trampolín de tres metros.
Pero vale la pena analizar si el deporte mexicano está creciendo de verdad o si seguirá destinado a celebrar un puñado de medallas olímpicas.
Y es que en medio de los festejos de los dirigentes del deporte –y que ensalzan los medios de comunicación–, hay que reconocer que se trata de un muy mal resultado.
Basta decir que todavía no podemos igualar el “récord” de las olimpiadas México 68, cuando logramos nueve preseas.
Hoy, 44 años después, ningún funcionario o directivo se compromete a obtener 10 o más preseas para un país que tiene un presupuesto de más de 6 mil millones de pesos para el deporte.
Al ver los resultados de otras naciones que enfrentan peores problemas económicos y sociales, la euforia por las siete medallas de México queda de lado.
Y si bien hay que aplaudirlas, al igual que a los deportistas que las ganaron, no hay que darles más relevancia de la que tienen.
Naciones como Brasil y España demuestran que México se ha estancado en la obtención de preseas y sigue celebrando los mismos logros desde hace 30 años.
En la década de los 80, estos tres países tenían un promedio similar de medallas. En las olimpiadas de Moscú, las delegaciones de México y Brasil conquistaron cuatro medallas, mientras que España terminó con seis.
En Los Ángeles, México superó por una a los ibéricos y se quedó dos por debajo de Brasil. En Seúl comenzaron a despegarse.
Pero fue a partir de la década de los 90 cuando se dio el salto de España y Brasil, mientras que nuestro país se estancó. Y ahora solo ve cómo otras naciones con las que antes se rozaba lo superan ampliamente.
El resultado de Londres 2012 tiene tintes de fracaso si se toma en cuenta que México envió 102 atletas.
Etiopía mandó 34 y Georgia 35. Ambos ganaron siete preseas, igual que México, aunque los africanos se llevaron tres de oro.
Irán también opacó el resultado tricolor porque acumuló 12 medallas, cuatro de oro. Y lo logró con 53 deportistas.
Cuba fue el país latino mejor ubicado, terminó en la posición 15 del medallero general con 14 preseas, cinco de oro, y envió 116 atletas.
Colombia, que fue considerado una de las revelaciones, participó con 108 deportistas y regresó con ocho medallas.
El Comité Olímpico Mexicano (COM) y la Comisión Nacional del Deporte (Conade), que le otorga presupuesto a la Confederación Deportiva Mexicana (Codeme), reciben partidas económicas muy jugosas. La de este año superó los 6 mil millones de pesos, y un año antes fue de poco más de 4 mil millones.
Y la única medalla de oro fue gracias a un deporte de conjunto que no está bajo la mirada del COM ni la Conade.
Las diferencias económicas y sociales son enormes con países que nos superaron en el medallero. Pero aun así, con el argumento de la entrega de nuestros atletas, de la cantidad de finales que se disputaron y del reconocimiento internacional que se tuvo, celebramos la conquista de siete medallas, una cantidad que confirma que México está estancado en un pensamiento deportivo conformista.
EN EL LUGAR 199… DE 204
Por Rodrigo Villegas
El periódico británico The Guardian publicó ayer un estudio realizado por la Real Academia de Estadística y el Centro Datablog, el cual analiza el medallero olímpico oficial con base en otros índices.
Entre esos indicadores están el PIB, la población y la cantidad de atletas por delegación participante.
La lógica está basada en la premisa de que un país con mayor población tendría un espectro de deportistas más amplio de dónde escoger a los participantes en los juegos olímpicos.
Un PIB más alto representa una mayor posibilidad de que los atletas tengan acceso a mejores condiciones de entrenamiento y desarrollo.
Es decir, a mayor PIB y mayor población, más alta probabilidad de que un país gane medallas.
Y es ahí donde México queda muy mal parado.
Con 112 millones de habitantes y siendo la decimocuarta economía del mundo, ganar siete medallas equivale a un desempeño pobre.
En contraste, Cuba tiene menos de la mitad de la población, uno de los PIB más bajos del mundo y, aun así, consiguió 14 medallas.
México se ubicó en el lugar 199 de 204.
En este ranking, países emergentes como Brasil e India se encuentran entre las 10 naciones con peor desempeño olímpico.
China y Rusia se mantienen en los primeros lugares en función de la relación proporcional entre PIB, cantidad de atletas y medallas ganadas.
Estados Unidos, pese a ser el país que ganó más medallas, no conserva la supremacía en el medallero alterno y cae a la quinta posición.
El promedio de medallas que ha ganado México a lo largo de la historia de las olimpiadas lo coloca en el lugar 41 del ranking histórico. Gana un promedio de tres medallas en cada justa olímpica.
El reconocido economista William Easterly, de la Universidad de Nueva York, concluyó el análisis del desempeño de las grandes economías en las olimpiadas con una serie de puntos críticos.
Países marginados, o que sufren guerras civiles o son poco conocidos sorprendieron a la comunidad internacional por el rendimiento de sus atletas.
Bielorrusia, Irán, Jamaica, Kazajstán, Rumania y Ucrania ganaron mas preseas que la mayoría de los países iberoamericanos.
México tiene un largo camino por recorrer para conseguir el desempeño correspondiente a un país emergente que tiene una economía “sólida”.
MÉXICO EN EL FONDO
En un ranking alterno publicado por The Guardian –que incluye PIB, población y medallas–, México tuvo un pésimo desempeño en Londres 2012.
Los mejores
1. Rusia
2. Gran Bretaña
3. China
4. Hungría
5. Surcorea
6. Ucrania
7. Australia
8. Cuba
9. Jamaica
10. Bielorusia
Los peores
195. Turquía
196. Austria
197. Arabia Saudita
198. Canadá
199. México
200. Taiwán
201. Indonesia
202. Brasil
203. India
204. Japón
ORO DE LA FEMEXFUT, NO DE LA CONADE
Por Rocío Cepeda
Cierto que todos los mexicanos vibramos y reflejamos el orgullo por la medalla de oro que ganó la Selección de Futbol en los juegos olímpicos, pero antes de celebrar, el COM y la Conade deberían aceptar que ese título es propiamente de la Femexfut.
El talento, trabajo, disciplina y resultados obtenidos por el tricolor en Londres 2012 se deben a la Federación Mexicana de Futbol y a los clubes que la conforman, ya que son ellos los que han trabajado para sacar adelante al combinado nacional.
A reserva de los uniformes utilizados durante la justa veraniega, el Comité Olímpico Mexicano no tuvo mayor injerencia en el triunfo que paralizó al país por varias horas.
¿Ubica en el mapa a Uganda, Granada, Argelia y Lituania?, pues bien, estas naciones, junto con Venezuela, habrían estado por encima de México en la tabla general de metales si el equipo de Luis Fernando Tena no hubiera conseguido el oro.
El camino que llevó a la selección al éxito no fue sencillo. En primera instancia, este equipo ganó el oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara en 2011, después el Campeonato del Preolímpico de la Concacaf y en 2012, el Torneo Esperanzas de Toulon, en Francia, lo cual generó altas expectativas sobre su desempeño en las olimpiadas de Londres.
Será por esto que al entrar al portal oficial del Comité Olímpico Mexicano, la primera imagen que aparece es la de las clavadistas Alejandra Orozco y Paola Espinosa presumiendo su plata, y no la del seleccionado mexicano que le ganó a Brasil.
Quizá es así como el COM está demostrando que no debe colgarse una medalla que no es suya. Aunque, en cierta forma, el futbol lo salvó del fracaso.
ENTRE LOS ELOGIOS Y LA CRÍTICA MORDAZ
Por Armando Estrop
No hay consenso. Las opiniones están divididas. Hay dos frentes, el de los ciudadanos y el de los especialistas. Hay optimismo por los resultados obtenidos en las olimpiadas, pero también crítica mordaz.
Los argumentos de ambos bandos son sólidos. Siete medallas y la larga lista de finalistas son una buena cosecha, dicen los optimistas.
Los críticos afirman que una medalla de oro en futbol, con el presupuesto que se destina a ese deporte, no es suficiente.
Solo hay coincidencia en la percepción de que se pudo haber hecho más y que las medallas de oro, plata o bronce siempre generan un buen estado de ánimo en el país.
Optimismo
Leopoldo de la Rosa, comentarista deportivo que ha cubierto siete olimpiadas, considera positivo el medallero mexicano en Londres 2012.
Asegura que para competir en este tipo de justas, se requiere una disciplina y una tenacidad admirables. Está consciente de que falta mucho por hacer, pero considera que las siete medallas que obtuvo México son dignas de festejar.
“En términos generales, de una o cero medallas, o siete, de las cuales una es de oro en futbol, pues no creo que esto deba demeritar a los demás. Yo creo que es un muy buen resultado”, afirma.
Insiste en que también se tiene que tomar en cuenta a los atletas finalistas, que si bien no recibieron medalla, ocupan un lugar muy importante a nivel mundial.
“De los primeros ocho lugares, los primeros tres reciben medalla, pero a los otros se les da un reconocimiento”, explica el especialista.
Sobre la medalla de oro que ganó México en futbol, De la Rosa reconoce que no es uno de los deportes insignia de los juegos olímpicos, pero es una presea muy codiciada y fue ganada frente a un rival que no es fácil vencer.
“Una sola medalla de oro, pero además en un deporte que tiene trascendencia muy especial porque a los brasileños les hubiera encantado ganar esa medalla, o a los propios ingleses”, detalla.
Y en un país como México, que tiene miles de aficionados al futbol, ganar la medalla de oro en ese deporte es muy significativo.
Para los atletas mexicanos es un doble mérito participar en unas olimpiadas porque, además del esfuerzo natural que demanda cada disciplina, los deportistas deben sortear las vicisitudes de vivir en un país con tantas carencias, señala Leopoldo de la Rosa.
“Yo destaco que a pesar de todas las trabas y problemas en los que viven cotidianamente los atletas, en un entorno como el de México, en el que casi la totalidad de los ámbitos de la vida nacional significan un obstáculo o una serie de problemas, y a pesar de eso, se tuvieron estos resultados”, insiste.
Grilla y mediocridad
Marco Sánchez es entrenador de natación. Se ha especializado en nado con aleta, un deporte que está en proceso de ser aceptado como disciplina olímpica. El Deportivo Morelos, en el corazón de Tepito, es el centro de entrenamiento donde trabaja.
Para él está muy claro: los resultados en las olimpiadas de Londres no son positivos. La mediocridad y las grillas en todos los niveles impiden que los atletas mexicanos cosechen más medallas.
Al hablar es pausado y preciso. Afirma que la raíz del problema es la falta de educación, tanto escolar como de valores.
“Creo que el principal problema es la falta de educación. Educación deportiva, académica, cultural, de valores. Esa falta de educación provoca que, en primer lugar, nos minimicemos y que no compartamos”, advierte.
Un ejemplo clásico, dice, es que ante el triunfo de alguien, empiezan las envidias y la subestimación de sus logros.
Y agrega dos factores: egoísmo y falta de trabajo en equipo.
“Si vemos a otro triunfar, le echamos tierra para que ya no suba, en lugar de apoyarnos. Y la actitud de los entrenadores también es preocupante, porque en otros países piden ayuda entre entrenadores, se apoyan. Aquí no hay esa actitud”, explica Marco Sánchez.
En cuanto a la medalla de oro que obtuvo la selección mexicana de futbol, asegura que es un logro que se debió alcanzar desde hace décadas.
“Con el presupuesto que tienen, ya deberían haber ganado hace mucho tiempo”, ironiza.
¿Siete medallas es un buen resultado?
“Yo lo veo solo como un resultado. Pudo haber sido mucho mejor. Anteriormente en box se ganaban medallas, y ahora no se ganó nada”, lamenta.
PIERDEN PESO Y BOX
Por Rocío Cepeda
De los pasos que dio México hace ya varias décadas en deportes como box, salto ecuestre y maratón… ya nada queda.
Es cierto que el deporte olímpico mexicano ha ganado respeto en clavados, tiro con arco y taekwondo, pero, ¿por qué se esfuman las medallas en otras disciplinas?
En los primeros juegos olímpicos que México tuvo una participación destacada, se hablaba de atletas “mandones” que ganaban medallas en sus respectivos deportes, como Ernesto Canto y Raúl González en caminata, Humberto Mariles Cortés y Rubén Uriza Castro en equitación, y Ricardo Delgado Nogales, Francisco Cabañas y Antonio Roldán en boxeo.
Con el paso de los años, el Comité Olímpico Mexicano, creado en 1923, dejó de lado el propósito de buscar que el país marcara la pauta en ciertos deportes.
Del salto ecuestre, solo nos queda festejar un quinto lugar con Alberto Michán. En box, seguimos buscando el poderío efímero, y en maratón, nuestro mejor atleta en Londres 2012, Daniel Vargas, quedó en el sitio 39.
Y si Aída Román y Mariana Avitia despiertan hoy el espíritu triunfador de las nuevas generaciones, las autoridades tienen la tarea de forjar otros arqueristas que las suplan en un par de ciclos.
Gráfico: Un país estancado.
FUENTE: ReporteIndigo
No hay comentarios:
Publicar un comentario