SANTIAGO.- Psicomago, escritor, dibujante, cineasta, mimo, tarotista... Eran muchas las facetas que a lo largo de su vida había cultivado el chileno Alejandro Jodorowsky, pero ello no fue impedimento para que a los 80 años agregara otra más: Tuitero.
Ya van más de tres años en los que, a través de la cuenta@alejodorowsky, el escritor chileno se desarrolló como un activo usuario de la red social, donde ya suma casi 600 mil seguidores. Pero a diferencia de la media de los tuiteros, lo quiso hacer con un perfil distinto: "Como tengo tantos seguidores, quiero darles algo que les permita vivir bien, no quiero darles veneno. Y un veneno también sería hablar de mi persona, de mi ego, cosas así. Quiero hablar de cosas objetivas, temas. A los que no saben, enseñarles a pensar, ejercitar la conciencia, darles ejercicios de desarrollo personal. Cosas así", cuenta.
Así fue como en cerca de dos años llegó a tres mil tuits, a los que sumó las respuestas con consejos de psicomagia en menos de 140 caracteres, a los usuarios que acudían a él a través de la red social.
Todo eso es lo que el escritor reúne ahora en "Ojo de oro" (Grijalbo, $12.000), un libro con el que Jodorowsky revierte la naturaleza efímera de Twitter para transformar sus comentarios en algo perdurable.
"En los dos primeros años coleccioné los tuits. A partir del tercer año los regalo. Ya no los anoto, los doy. Es un acto de psicomagia para mí: Dar mi creatividad", explica. "Tú das lo que estás haciendo, lo agarre quien lo agarre, lo robe quien lo robe, lo reproduzca quien lo reproduzca, lo cambie quien lo cambie. Es dar. Sembrar en terrenos ajenos, pero sembrar".
La estructura del libro, entonces, alude innegablemente a la tradición de los aforismos, y Jodorowsky no lo desconoce. "Tomo la sabiduría histórica universal del ser humano. Uso proverbios, poemas que contradigo. Si lees estos tuits, tienes un resumen de todas las búsquedas místicas de la historia", asegura.
La dinámica, está dicho, lo transformó en uno de los personajes más populares de la red social, lo que además de millones de retuiteos le trajo seguidores que incluso le pedían consejos. "Cada dos horas, oblígate a lanzar carcajadas durante cinco minutos". O "píntate los testículos de rojo", fueron algunas de las respuestas que el escritor dio, ante consultas de la más diversa índole.
Pero así como admiradores, también tuvo detractores, trolls. De hecho, Jodorowsky se muestra convencido de que fue él quien les dio esa denominación. "Los llamé así por una obra de un escritor, que describe a los trolls como unos dioses muy feos y rabiosos. Yo los tomé en serio. Definí al troll romántico, al troll histérico, al troll vanidoso. Les ponía título, y reproducía sus insultos", recuerda.
Y aunque ya no colecciona sus tuits ni tiene la intención de volver a publicarlos, el escritor seguirá como tuitero activo, ya que en la red social encontró una forma de escritura que sencillamente lo apasiona: "Cuando tú escribes la respuesta viene uno, dos o tres años después. No hay respuesta. Algún crítico hablará de tu libro, pero como los críticos son escritores fracasados, siempre hay mala leche en lo que dicen. Aunque te alaben. En cambio en Twitter, pones una frase e inmediatamente hay miles de personas que te están leyendo, y respondiendo al instante. Es toda una relación literaria que se forma".
Fuente: Emol
Liga: http://www.emol.com/noticias/magazine/2012/08/09/554908/alejandro-jodorowsky-y-twitter-estoy-seguro-de-que-yo-invente-el-nombre-troll-.html
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